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¿CÓMO AFRONTAR LA DEPRESIÓN POST VACACIONAL?


El llamado síndrome post-vacacional hace referencia a la ansiedad o presión emocional que debemos afrontar cuando volvemos a las actividades diarias tras las vacaciones.

Puede durar dos o tres días o varias semanas e incluso alargarse si se añaden otras circunstancias.

Todos lo hemos sentido con mayor o menor grado al volver de vacaciones, cierta ansiedad o intranquilidad, tristeza, falta de concentración y alegría, cambios de humor, cambios evidentes en el ritmo cardiaco y respiratorio.

Parece que nosotros encogemos mientras todo se nos hace una montaña.



¿Qué sientes y piensas?

Como todo mecanismo de adaptación, sirve para adaptarse, en este caso de nuevo a la rutina laboral, y viene para decirnos algo.

Al producirse sensaciones incómodas, pensamos que algo marcha mal en nosotros y tendemos a rechazarlo y a luchar contra ellas, pero recuerda que todo a lo que te resistes, persiste, y sin embargo, lo que aceptas se transforma.

Si lo abrazamos, podemos preguntarnos "para" que pueden servirnos estas sensaciones, ¿qué nos quieren decir?, ¿dónde nos pueden llevar?

Las quejas nos llevan a preguntas retóricas, al papel de víctima, como si lo que te está sucediendo viniera de fuera y nada pudieras hacer, ¿por qué me pasa esto? no te lleva a soluciones, sino a justificaciones.





¿Qué puedes hacer?

Solo tienes dos opciones, anestesiar las sensaciones hasta que con suerte pasen y de nuevo te pases 11 meses esperando las vacaciones (ni que decir tiene que con ello tu mente estará en el futuro pero tú solo puedes estar en presente) o buscar la calma en tu interior y hacerte preguntas que abran tu mente.

Aunque es cierto que este síndrome es muy común, también es cierto que no le pasa a todo el mundo. Solo el hecho de saber que hay gente que no lo sufre ya es motivación suficiente para plantearte que tú también puedes superarlo.

¿Qué es diferente en la vida de esas personas? Quizás trabajan en aquello que les apasiona, viven de acuerdo con su propósito en la vida y abrazan todas sus sensaciones y emociones, incluso las incómodas, de hecho, sobre todo las incómodas. Es decir, tienen otra perspectiva ante la vida, llevan las riendas porque asumen que es su responsabilidad y ya no luchan con lo que pasa fuera de ellos, sino que utilizan el "radar" de las emociones para mantener su equilibrio interior pase lo que pase fuera.

Tener la vida que quieres es algo que solo tú puedes conseguir.

¿Y cómo se hace esto? Trabajando con lo que pasa de piel para adentro.


Despierta y crea tu plan de acción


Vivimos en una siempre "falsa" zona de confort. Es falsa, porque nos hace vivir a medias, reduciendo un campo infinito de posibilidades a unas pocas y utilizando el mínimo de tu potencial.

Creemos que salir de ahí supone un peligro mortal, apegados a un sueldo, a la aprobación de los demás, a las cargas familiares (¿cómo se puede vivir feliz sintiendo que la familia es una carga?), resignados a lo que la vida nos ha traído (trabajo, relaciones, economía, tiempo…) pero conspirando secretamente, y la mayoría de las veces inconscientemente, contra ello. Silenciamos preguntas del tipo: ¿las cosas son así y ya está?,¿es esto lo que quiero?, ¿no puedo aspirar a más?, ¿Es todo lo que puedo hacer?...

Tal vez consigas acallar esa voz interior la mayor parte del tiempo, convirtiéndote en una especie de robot que cumple con sus rutinas, y en tiempo de descanso, como las noches o los fines de semana, anestesia sus emociones con distracciones, que no diversiones, varias.

De hecho yo diría que lo que sientes los lunes por la mañana es un "mini" síndrome post vacacional.

Pero en el regreso a la rutina tras un más o menos largo periodo de descanso como las vacaciones esas "voces" de tu interior se hacen más intensas, si te resistes aparece el síndrome, por supuesto es una elección, pero yo te propongo una alternativa: no te resistas, abrázalas y ponles consciencia.

La segunda opción es el camino del despertar, donde paso a paso, a tu ritmo, con consciencia, aparece la posibilidad de un cambio, valorando tus opciones y limitaciones y creando un plan de acción:

  • Declaración de intenciones: quiero vivir todos los meses como si fueran vacaciones

  • Re-diriges el foco a lo que quieres y te gusta y no a lo que no quieres o no te gusta

  • Analizas tu situación actual

  • Describes cual sería tu situación ideal

  • Valoras todas las limitaciones que pueden suponer un freno.

  • Valoras todas las opciones que podrían ayudarte a cambiar tu situación.

  • Eliges por cuál empiezas (cuándo, dónde, cómo, con quién…) y defines tu plan de acción.



Trampa o trampolín

De este modo lo que estás sintiendo se convierte en un trampolín para el cambio en vez de una trampa paralizante que te deja en el mismo lugar.

Mismas acciones, mismos resultados.

En modo trampolín vas a acceder a tus potenciales y sacar la superheroína o el superhéroe que llevas dentro.

Tal vez tienes miedo a que tu no tengas de eso, pero piénsalo, sabes de lo que te hablo, porque ya lo has sentido antes, en aquellas ocasiones en las que te has venido arriba, cuando haces planes, cuando te sientes feliz, cuando te crees capaz de...

Lo que ha pasado es que has decidido consciente o inconscientemente dejar de creer en él por que supone un esfuerzo, porque aún intentándolo con todas tus ganas puedes fracasar, y le tenemos terror al fracaso, cuando en realidad en la vida unas veces se gana y otras se aprende, el fracaso es la antesala del éxito.

El único fracaso es no intentarlo, claro que asumir el papel de víctima a corto plazo tiene sus ventajas, nada tienes que hacer porque no es tu responsabilidad, la culpa es de otros, eres víctima de las circunstancias, de la mala suerte, de los demás que no te valoran...

Has convertido una circunstancia de fuera en la excusa perfecta para meterte tu mismo en tu trampa interior.

Y a lo mejor tu dirás, oye que yo solo tengo un poco de morriña de las vacaciones, pero me encanta mi trabajo y mi vida. Vale, entonces no tienes síndrome post-vacacional. Todo va bien, sigue haciendo lo mismo.


Empieza a entrenarte pero también descansa

En realidad lo que te estoy explicando puede aplicarse a cualquier momento en el que sientas que en tu vida algo no encaja, que no está como te gustaría, entonces, con síndrome post-vacacional o no, te invito a hacer el cambio necesario para sentirte bien.

Y el cambio es movimiento, así que hay que pasar a la acción, hay que empezar a entrenarse.


-Entrenar a tu mente para abrirla.

Hazte preguntas abiertas y escribe las respuestas, ¿qué me gustaría hacer si el dinero o el tiempo no fueran un freno?, ¿qué se me da mejor?, ¿a que le tengo miedo?, ¿qué pequeño cambio me alegraría la vida?, ¿qué me limita?, ¿qué cosas llevo en mi mochila que pueden ayudarme?, ¿qué valoro?...

-Entrenar tus emociones para reconocerlas.

Empieza a meditar cada día un poquito, tras la meditación pregúntate qué sientes, qué emoción o emociones están presentes, qué crees que te están diciendo, qué pasa si las "abrazas" te gusten o no…y escribe las respuestas.

-Entrenar tu cuerpo para salir del modo mente.

Practica yoga, da un paseo varias veces a la semana, ve en bici al trabajo, vuelve andando del trabajo al menos un tramo, no cojas el ascensor...


Poner autoconocimiento a tus tres TUS, no solo desterrará el síndrome post-vacacional sino que te acerca a la vida que deseas como ninguna otra cosa. Te lleva al equilibrio, ya que los tres trabajan juntos hacia un mismo objetivo.

Hay muchas herramientas para ello, las mías son el coaching (entrenamiento mental), el yoga (cuerpo y mente) y mindfulness (entrenamiento emocional), aunque todas participan las unas de las otras, por eso me encantan.

Hay que pasar a la acción para conseguir lo que deseas pero por último también quiero decirte que hay que saber descansar, Buda decía que quién no sabe descansar no sabe trabajar.

Por ello en tu plan de acción debes planificar también tiempos de descanso y de ocio-diversión, son tan importantes como los otros, implican conocerte, concederte y cuidarte, son tus mini vacaciones diarias, semanales, mensuales…


La mente es como un paracaídas, si no la abres no sirve de nada, ponla en modo creativo y al servicio del corazón que sabe más que nadie lo que realmente quieres.



Y si tienes cualquier duda, cuéntamela, te escucho. ; )


Recuerda que "nada es verdad, nada es mentira, todo es según del color del cristal con que lo miras".
¿Qué gafas llevas ahora?

RACHEL K.


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